Miroslav Holub


Por supuesto,
la primera filosofía
es la filosofía del hígado, de los riñones,
del músculo cardiaco,
islotes pancreáticos,
médula ósea roja,
y células del tallo,
infinitas en su propio estilo.

En el programa socrático del transplante,
ese discurso del cuerpo, cuchillo y electrónica
un yo no espiritual se cruza con otro,
mientras que un virtuoso automático
toca un solo de violín, acompañado por una orquesta
de trompetas mudas.
Mozart debe haber deseado obtener un riñón,
Spinoza estuvo esperando unos pulmones nuevos,
y Kierkegaard necesitaba un corazón,
o por lo menos una válvula.
Todo en vano.

Puesto que
esa carne sangrienta
en las garras de los pájaros de la caverna de la narcosis
es la única sabiduría verdadera
nueva, real,
y transmisible