Uno x Treinta



[Un minuto de silencio X treinta mil muertos ¿?]

Yehuda Amijai

Fuimos Felices

I

Fuimos felices
bajo la luna de turno,

junto al contrato acumulado
junto a la cima.

Nos acostamos al aire libre
sin manta.

Y sin proximidad
para hacer cosas útiles.

Al día siguiente de nuestra partida
el mundo fue sentenciado a muerte.

II

Sonreímos uno junto al otro
como imágenes en nuestro estudio fotográfico.

Nos amamos a propósito
ya no por error.

En el nacimiento del camino
que fue tambien nuestro nacimiento.

III

Pronto vendrá el centro
y nos acogerá

Quisimos quedarnos en los extremos lejanos
y en los aparcamientos del amor

Pero la tradición oral
inventó nuevas leyes

Y todas
contra nosotros.

IV

Somos felices juntos.
Estaremos muertos.
Nuestra edición
está agotada.
Se harán modelos nuevos.

Comimos y nos saciamos
ahora el mundo es hojas y viento.

Como él soplamos
y nos volvemos

La tierra nos visita con frecuencia,
somos felices juntos.
Estaremos muertos.

Nikiforos Vretakos

Mis versos se parecen al dorado contacto del sol sobre la nieve

se parecen a la bondadosa mirada de los caballos

se parecen al peso del alba sobre las margaritas

se parecen al peso de la esperanza sobre el corazón

se parecen a la apacible lluvia sobre las abnegadas ovejas.

Erica Jong

Envidia del pene

Envidio a los hombres que puede anhelar
con infinita vaciedad
el cuerpo de una mujer.
que esperan que su anhelo
haga un niño.
que su oquedad misma
fertilice lo oscuro

Las mujeres no se hacen ilusiones sobre esto.
ya que son a la vez
casas y túneles.
copas y las que escancian el vino.
ya que conocen el vacío como estado temporal
entre dos plenitudes,
y no ven en ello ningún romance.

Si yo fuera hombre,
condenado a esa infinita vaciedad,
y no teniendo alternativa,
encontraría, como los otros, sin duda,
una mujer
para bautizarla Vientre de Luna,
Madona, Diosa del Cabello de Oro
y hacerla tienda de mi deseo,
paracaídad de seda de mi lujuria,
icono ojiazul de mi sagrada comezón sexual,
madre de mi hambre.

Pero ya que soy mujer,
debo no sólo inspirar el poema
sino también escribirlo a máquina,
no sólo concebir al niño
sino también darlo a luz,
no sólo da a luz al niño
sino también bañarlo,
no sólo bañar al niño
sino también alimentarlo
no sólo alimentar al niño
sino también llevarlo
a todas partes, a todas partes...

mientras que los hombres escriben poemas
sobre los misterios de la maternidad.

Envidio a los hombres que pueden anhelar
con infinita vaciedad

William Carlos Williams

Love Song

Las margaritas están rotas
los pétalos son noticias del día
los tallos se alzan a la altura
del césped de adhieren a los zapatos
se parten por la mitad
conservan la raíz y las hojas.

Las ramas negras elevan
hojas rectilíneas
hasta lo más alto del bosque.
Se agarran con firmeza
con un clamor se quiebran
¡exhiben su blancura!

Tu talante es lánguido
se derrumban las hojas
y por supuesto
¡el retorno en mayo!

Entramos
en la arboleda de tu padre
y vimos los grandes robles
derribados con las raíces
arrancadas de cuajo.

Jacques Roubaud

Una lógica

Una especie de lógica para la cual tú hubieras construido
un sentido yo una sintaxis, un modelo, cálculos

El mundo de uno solo, pero que hubiera sido dos: no un solipsismo,
un biipsismo

El número uno, pero como movido en un espejo, en dos espejos puestos cara a cara

El orden en el mundo, pero con dos comienzos

Diferentes, inseparables

Una primera distancia, pero a la que no hubiera podido
fragmentar una mirada exterior, una medida de esa distancia,
pero que no hubiera podido tomarse sin falsear el sistema del doble:
un axioma de incertidumbre

En ese mundo, si hubiera podido pensarse, el pensamiento del otro, siempre, hubiera sido el pensamiento del "otro de dos"

El pensamiento del exterior, en ese mundo, el nuestro entonces,
hubiera sido el de cosas revelándose a una conciencia alterna, de la que sólo hubieran existido realmente las percepciones, útopicamente unidas, tuyas y mías, en el interior de la isla del dos:

El frigorífico, el horno, las luces decayendo, los gritos y los ruidos, niños, sin hostilidad, rumores, entre nosotros la mesa, pensamiento, de la cocina.

Yannis Ritsos




MAÑANA

Ella abrió los postigos. Colgó las sábanas sobre el
alféizar de la ventana. Descubrió el día.

Un pájaro la miró directamente a los ojos."Estoy sola", murmuró.

"Estoy viva". Entro en la habitación. También el espejo es una ventana. Si salto desde él caería en mis propios brazos

Ana Rüsche

Tiempo de Guerra

Toma mi cuerpo de muñeca
inflable,
lame muy lento mis dedos.
Aprovecha que no éramos
una Penélope reprimida
que perdió su hombre por
una hechicera.
Éramos la hechicera.

Toma mi cuerpo de muñeca
inflable
-palabras obscenas en mis oídos.
Queríamos ser
María Magdalena
para tener la certeza
de ser capaces de corromper
a Crsito.
Éramos la prostituta.

Toma mi cuerpo de muñeca
inflable
y acariciame la nuca
yo no era una
Camelia postrada
y la Blanca Nieves
que conocemos era
sólo un virus en internet.
Éramos la manzana.

Toma mmi cuerpo de muñeca
inflable:
-muerdeme los muslos.
Que yo no tengo lo nervios
de Mrs. Dalloway
nuestro día no nos poseía en 52h
y en nuestro menú
no había
espacio para cucarachas.
No érammos dueñas de casa.

Toma mi cuerpo de muñeca
inflable
-golpéame, hazme lo que quieras.

Porque el amor ha sido manchado
y de él no queda nada
que sobreviva a la cama,
nuestra frente, nuestra trinchera,
con estrategias jamás reveladas
en revistas femeninas.

Toma mi cuerpo de muñeca
inflable
que no es hora de pensar.
La cama
es trance
o no es nada.

Desalentado en mi cuerpo:
un hombre
como muchos hombres.

Y por si acaso no me obedeces
y me mandas sola por ahí,
al día siguiente encontrarás
la sonrisa sensual
de la soberbia indiferencia,
que sacude los hombros y
da en las espaldas escotadas en
el paso firme del tacón.

Éramos Valkirias
Éramos guerreras
Éramos la Valkirias.

(de Rasgada)

Kaneko Mitsuharu

A cierta mujer soltera


Una mujer se desnuda.
Mas no a la espera de caricias.

En la pasajera luz del día
la tenue fragancia de la piel.
Insinuaciones finas
en los delgados pétalos
de una mujer que no conoce la sensualidad.

Como golpes que maduros
se iluminan de azul claro,
aquellas marcas que lleva sobre todo el cuerpo
son rastros de los dedos que la han tocado.
Igual al fruto no vendido
dejado en la vitrina
de una fruteria.

Una dama se desnuda. Sólo un instante
para cambiarse el vestido veranero
por el de otoño.

Jacques Roubaud

cuatro [GO 68]


quien mira las dos mitades de la cáscara
verá cómo las bocas se acercan al espejo
intermedio de la boca de las tinieblas con rosas
la boca de los amantes sobre el cristal en harapos
pero la rosa de la noche sólo ve oscuridad
redondeada sobre el susurro de las cosas
la boca del amante no toca sino boca
de la amada por este espejo pasan los ojos
que contemplan las dos mitades transparentes
del microcosmos hundido en los más vasto
en la variedad el tiempo allí nada se esconde
todo tiende es el camino donde marchan las plantas
ha llegado la noche a sus planicies frías
renuncia con sus gritos unánimes, se poca



Fernando Pessoa

Quizá no sea más que mi sueño...
Esa sonrisa será para otro, o las prpuestas de otro,
rubia débil...
esa mirada para mí casual como un calendario...
ese agradecerme cuando no la dejé caer en el tranvía,
un agradecimiento...
perfectamente...
me gusta oírle en sueño el seguimiento que no hubo
de cosas que no llegó a haber.
¿La muchacha que nunca es adulta se prostituye?
Creo verdaderamente que poca muchacha llega a ser adulta y puta,
y la que llega a ser adulta y puta muere sin pasar por eso.

Rubia débil, figura inglesa absolutamente portuguesa,
cadsa vez que te encuentro me acuerdo de versos que olvidé,
está claro que no me importas nada
ni me acuerdo de haberte olvidado sino cuando te veo,
pero al encontrarte das sonido al dia y al destino,
una poesía de superficie,
una cosa más en el menos de la inutilidad de la vida...
Rubia débil, feliz porque no eres enteramente real,
porque nada que vale la pena de ser recordado es enteramente real,
y nada que vale la pena de ser real vale la pena.